lunes, 5 de noviembre de 2012

Ajeno

Por Nati Lou.

Basado en Delicatessen de Angie Leal

                                                                           Clavó la daga en su pecho y sacó el corazón aún palpitante, 
                                                                           sintió la sangre chorreando por su brazo… 
                                                                           lo llevó a su boca y empezó a comerlo.

                                                                      
                                                                 
Estaba harta. Pensarían que tenía todo para ser feliz, pero no era así. Puede que en algún momento, ella también haya pensado que por fin lo había logrado la plenitud, la familia que quiso desde que supo que no podía tener hijos, pero estaba equivocada.
Y Martin se lo recordaba todos los días. Que ella no era su madre. Si solo se hubiera parecido un poco mas a Nicolás… pero era idéntico a ella, había muy poco de Nicolás en ese pelo castaño y esos ojos verdes, inquisidores.
Si, lo había hablado con Nicolás, siempre tan comprensivo, tan amoroso, tan suyo. Había sido difícil, lo sabia, un padre viudo con un nene tan chiquito, pero ella lo había amado. Y, estaba convencida de que intento amar a Martin. Nicolás se había reído.  Le había dicho que eran imaginaciones suyas. Que Martin la quería,  que Martin tenía tres años y que no recordaba a Vero. Si, era parecido a ella, pero nadie tenia la  culpa de eso. “es mi hijo, y parte mía.” Eso había dicho, textualmente.
Porque era su hijo, y parte suya.
Mariel pensó en eso mientras preparaba las hamburguesas. Que la comida favorita de un hombre de 30 años fueran las hamburguesas era raro. Pero, salvando ese detalle, Nico era perfecto. Y nada se interpondría entre ellos.
Eso estaba decidido.
Sirvió las hamburguesas  y la botella de vino, mientras se acomodaba el vestido y lo esperaba, para esa cena especial. Cuando el llego la beso, y todo volvió a cobrar sentido. El entendería. Él la amaba.
     Muy rico amor. ¿Martin duerme?
     No, lo paso a buscar la  tía.
     Que raro.
     ¿Raro?
     Pensé  que Laura tenía una cena esta noche…
     Debe haberse suspendido.
     Debe ser.
Nicolás termino de cenar y fue a bañarse. Mariel respiro aliviada. Ahora si, Martin era parte de los dos. Y Nicolás nunca se iba a ir. Y nadie iba a interponerse entre ellos.
Nunca.
No había sido una decisión fácil la que había tomado. Pero, mientras clavaba la daga y sacaba ese corazón, sabia que estaba haciendo lo correcto. Si hasta probó el corazón, para sentir el gusto a Nicolás.
Había matado una parte de Valeria y Nicolás. Ahora solo estarían Nicolás  y ella. Y serian felices. Había clavado la daga bastantes veces, lo sabía. No tenía  planeado dejarse llevar así.
Le paso lo mismo al picar el cuerpito.
Martin era parte de ambos.


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