miércoles, 7 de noviembre de 2012

El VISITANTE DE LA TORMENTA

Por Eric Meighan.

Basado en Truenos de Antonio Tomé Salas.

                                                                  Estaba en la cama, el tercer trueno iluminó toda la habitación,
                                                                  con el corazón en la mano, la garganta cerrada. 
                                                                  El rostro pálido me miraba.


Se apagaron las luces de la habitación y Nicolás se preparó para dormir, tomó su vieja lámpara y la pasó del lado derecho de su almohada y empezó a soñar.
La habitación estaba oscura, pero había una luz que momentáneamente la iluminaba por completo y es era la de los truenos de la tormenta que estaba a punto de llegar, la tormenta  iniciaría en algún momento, pero eso no  garantizaba que fuese una noche tranquila.
Un trueno sonó ferozmente y el aire corrió como un caballo salvaje, Nicolás solo acomodo su cabeza del lado izquierdo. Un segundo trueno fue aun mas violento que el anterior, Nicolás abrió los ojos y vio por la ventana que el cielo estaba rojo fuego, creyó que la tormenta había pasado, entonces se levanto a correr las cortinas y regreso a la cama.
Al momento de acomodarse para volver a acostarse, un tercer trueno lo sorprendió e iluminó toda la habitación dejándola completamente blanca y a el dejándolo ciego por 5 segundos, cuando recupero la visión no pudo creer lo que veía, las luces se encendieron poco a poco y todo se iba poniendo amarillo. Alguien se asomó a la puerta del ropero de enfrente, era un cuerpo que vestía de traje color verde, algo distintivo es que tenía una enorme sonrisa y su piel era pálida.
Hay quienes corren en busca de refugio al ver a un extraño en su casa, pero Nicolás con el corazón en la mano y la garganta cerrada pregunto quien estaba ahí, que quien era aquel rostro pálido que lo miraba fijamente y se reía.
- Me marchare si haces lo que te digo, tienes que tomar papel y un marcador y tienes que dibujar tu casa y alrededor otras casa, y tienes que tachar al menos 5 casas -, dijo la entidad con voz metálica.
Convencido por este, Nicolás dibujo y tacho las 5 casas, dos al lado derecho, dos al izquierdo y una al frente, y este le dio el dibujo.
-Mi energía se está agotando, debo irme - el hombre tomó el dibujo. Un segundo después cae al suelo. Su cadáver se deshace en una montaña de cenizas.
En tanto, amanece Nicolás sale a la calle, no puede creer lo que ve,  las casas vecinas han sido destruidas tal como en el dibujo.
Y una nota colgada en su puerta dice con sangre: Gracias por ayudarme.

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