miércoles, 14 de junio de 2017

la cacería

Seudónimo: exkritorvruto.
Autor: David Palacios.


 Que felicidad, por fin tenía su tan merecido descanso, luego de resolver innumerables casos, donde se encontraron con cosas, que ninguna persona cuerda debería haber visto jamás. Ellos entendieron en carne propia el verdadero significado de lo bizarro. Pero aun así, gracias al profesionalismo que los caracteriza, lograron superar todas las difíciles pruebas de sus pasados. Y ahora por fin, pueden estar juntos, disfrutar el uno del otro, vivir como una pareja normal. A ellos no les importaba que los años les pasaran facturas, que el amor de su vida, por el que lucharon para sobrevivir, ya este demacrado y demacrada por la edad, nada importa ya que por fin pueden estar juntos. El Agente Especial Fox William Mulder, solo era Mulder y la Agente Especial Dra. Dana Katherine Scully, solo era Scully.
Al menos eso pensaban ellos, y por muchos años tuvieron razón, pero luego de revolver tanta mierda en tu pasado es muy difícil que tu futuro no se vea manchado. Ellos ignoraban las terribles dificultadas por la que pasarían muy pronto. La felicidad es un recurso escaso, hay que disfrutarla mientras dura.
-Ponle algo de café a tu azúcar-dijo Scully-
-Me dices lo mismo todas las mañanas, pero a mí me gusta así-dijo Mulder-
- Ya eres un Hombre mayor, esa cantidad de azúcar no te puede estar haciendo ningún bien.
-Si no es la azúcar, es el colesterol o simplemente no despertare, de alguna forma hay que morirse Scully, tranquila mañana lo tomare sin azúcar.
Ella sabiendo que Mulder la había ignorado completamente, frunció el ceño y solo se sirvió su propio desayuno. Estaban viviendo en una pequeña cabaña muy adentro de los bosques de Alaska. Este era el lugar perfecto para desaparecer de su antigua vida, no había vecinos y lo único que tenían a su alrededor era vida silvestre y árboles. En este lugar habían vivido los mejores años de sus vidas, tanta paz y tranquilidad.
La verdad es que ella quería un cambio de ambiente, no sabía si era por la edad o porque siempre fue así, pero Mulder está cada vez más insufrible, se queja por todo y se la pasa caminando por toda la cabaña durante la noche, han paso varias semanas desde que ella no pudo dormir bien, gracias a él.
Tal vez los traumas están aflorando luego de tantos años, el parece casi paranoico, cualquier ruido lo hace levantarse de donde este y sale a mirar por la ventana. Por dios si vivimos en el puto bosque.
El agente Smith había sido transferido desde hace muy poco al FBI, él tenía una obsesión hacia los archivos X. No le importo su exitosa carrera como un activo de la CIA, cuando la oportunidad de trabajar cerca de los tan aclamados archivos, se le presento,  no lo dudo y acepto.
Era muy temprano en la mañana y la rutina de Smith recién empezaba, como todos los días él se levanta y hace exactamente 20 flexiones muy rápidamente, luego va al baño, donde siempre tiene a su izquierda el cepillo de dientes que siempre esta en perfecto estado, una cerda en mal lugar amerita descartarlo. Su apartamento era pequeño, pero él no necesitaba más, estaba caracterizado por unas paredes blancas como la leche, impecables, una cama muy suave y tendida a la perfección, como si las arrugas representaran algún tipo de crimen, lo único que se podía oír era el silencioso soplido del aire acondicionado, en fin era el sitio ideal para una persona como Smith. Por sobretodo porque le quedaba a 5 minutos de la oficina.
Esa mañana era su primer día como agente del FBI y él se lo tomaba con total profesionalismo, como todo en su vida, sin embargo un pudo evitar sonreír cuando al llegar, lo primero que noto en el gran pizarrón donde se colocaban los casos no resueltos. Estaba el caso del cazador, valga la redundancia. Este asesino se caracterizaba por acosar a sus víctimas, que siempre habían sido personas muy sobresalientes en su campo, el las perseguía y hasta que sus víctimas no estaban totalmente aterrorizadas y paranoicas, no empezaba la cacería.
Ver a Smith sonreír era un suceso muy raro, sino que peculiar, podían pasar meses sin ver alguna de esas medialunas disimuladas, casi forzadas, es su cara, pero este caso logro hacerlo. Él era fanático de los misterios sin resolver del FBI y esta era la bienvenida que estaba deseando.
Lo que más perturbaba los pensamientos del agente, era encontrarse con sus ídolos Mulder y Scully, para él ellos eran el pináculo, la senda a seguir. Nadie más se había atrevido a inmiscuirse y resolver tantos misterios como esta pareja. Es por esta razón que el verdadero motivo por el cual, Smith se unió al FBI, fue para encontrarlos. De hecho la desaparición de la pareja, representaba un misterio como tal, por años se habían mantenido ocultos. Aunque no tan ocultos, él ya sabía que ellos estaban viviendo en Alaska, y lo supo desde el día antes de aplicar para el trabajo en el FBI.
Para la sorpresa de todos en la habitación, el tipo nuevo había escogido el caso cazador.
-¿Este loco Smith?- dijo alguno de los otros agentes-
 Smith se limitó a guardar silencio.
-Hombre es tu primer día tómalo con calma- dijo otro de los agentes-
-Este caso no se va a resolver si yo no lo tomo- dijo Smith-

La cabaña era muy cómoda, siempre estaba cálida gracias a una gran chimenea que usaba leña, y dejaba ese olor a humo por todas las habitaciones, las paredes interiores eran de un color marrón oscuro, como esas nutritivas barras de chocolate amargo, el sonido de la vida silvestre siempre estaba de fondo, después de un tiempo la pareja ya se había acostumbrado y no les molestaba.
Era ya muy tarde en la noche y Mulder no podía dormir, aprovechaba para mira a Scully que si estaba con los ojos cerrados, pero no estaba dormida, ella sabía que algo le molestaba a Mulder y no se pudo esperar más, así que le pregunto. Él se limitó a responder, Te quiero viejita. Estas palabras dejaron fuera de combate a la veterana agente, si una muestra de amor tan sincera como esta, no te deja sin palabras, nada lo hará.
Al recuperar la raciocinio, ella le insistió, Mulder es enserio ¿Que te está pasando? El ya no pudo seguir ocultándolo, ella tenía derecho a conocer la verdad. Sin embargo algo lo interrumpió, un ruido, algo muy pesado había corrido afuera de la cabaña, era obviamente un animal, aun así el abrió la gaveta al lado de la cama, donde había escondido un arma de fuego.
-Hace varios días alguien toco la puerta de la casa- dijo Mulder-
-¿Cómo es posible? Nosotros no tenemos vecinos- pregunto Scully-
-Lo mismo pensé yo y fui abrir la puerta con mucho cuidado-
Para mi sorpresa, no había nadie en la puerta, pero al bajar la mirada me encontré con una caja cerrada, dentro estaba un teléfono satelital. Al principio decidí buscar por los alrededores de la cabaña, pero no encontré nada. Sabiendo lo que esto significaba decidí esconder la caja y el teléfono, Lo siento Mulder. ¡Cómo has podido ocultarme algo tan importante! Ya no estamos ocultos… y ¿Qué hiciste? Simplemente ignoraste la amenaza y pensando que era una broma de mal gusto.
-No tuve tiempo de hacer eso, al siguiente día de la entrega del paquete, recibí una llamada-
-¿Cómo es posible que te quedaras callado?...-
La llamada que había recibido Mulder, era la voz de un hombre, que le decía que siempre había sido su admirador y que no había existido ni existirá un mejor agente del FBI, pero que sin embargo. Por ese motivo lo hacía más que orgulloso, tener la oportunidad de cazar al par de agentes. Cuando Mulder le pregunto a la voz, que a que se refería, esta le respondió, con lujo de pomposidad. Yo soy un cazador de seres excepcionales, siempre encuentro a mi presa y reclamo sus vidas, esto es el sentido de mi vida, existo para matar, ustedes son mi siguiente presa. No fue tan difícil encontrarlos, solo tuve que leer minuciosamente el perfil de twitter de ambos, allí publicaron acerca de lo divertido que sería una escapada al bosque y nunca más volver.
Cualquier otra persona hubiese ignorado por completo el hecho de que Mulder y Scully habían compartido una idea, acerca de cabañas muchos años atrás, en sus redes sociales, pero Smith no dejaba escapar ningún detalle, él sabía que los agentes no podían estar muertos, lo sentía como una punzada en el estómago. Sin embargo hay muchos lugares donde tener una cabaña en el mundo, la manera en que los encontró, fue haciendo uso de la fecha de la desaparición y el aumento de ciudadanos en cada estado, resulta que Alaska tiene tan pocos habitantes, que fue muy sospechoso cuando dos aparecieron, justo después que Mulder y Scully desaparecieron.
Al otro día de tomar el caso, Smith ya había montado a un avión con rumbo a Alaska, ya tenía identificado el lugar donde la pareja de ex agentes vivía. Para llegar a ese sitio le esperaban 3 horas de camita como mínimo, eso si el clima se lo permitía, lo único que llevaba consigo era un cuchillo de cazador y una cantimplora, no pensaba quedarse mucho tiempo visitando a la pareja. El agente se sentía algo ansioso de que por fin se encontraría con sus admirados predecesores, se detuvo un instante para verificar que estaba siguiendo la brújula correctamente. Caminaba por un sendero boscosos, donde sería muy fácil perderse, habían hojas recién caídas en el suelo y mucha humedad, el frio hacia crujir los dientes aunque ya era mediodía y el sol estaba en su punto más caliente.
Mientras caminaba, repasaba mentalmente, la ficha del caso del cazador: Muchas personas influyentes y talentosas, habían sido asesinadas bajo extrañas circunstancias, ya que los días anteriores al asesinato, muchos hacían la denuncia a la policía de que estaban siendo acosados, por un hombre que les decía que sería sus presas. Sin embargo luego de realizar las investigaciones pertinentes que a su vez fueron cotejadas por el equipo científico CSI no se encontró ninguna evidencia. De hecho todos y cada uno de los asesinatos habían sido declarados, como muerte accidental.
Obviamente el cazador era un psicópata que debía tener algún tipo de entrenamiento forense, para ocultar sus rastros de una manera tan profesional. Mientras repasaba la información del caso, la sonrisa fosada volvía a marcar su cara, que extraña sensación, por un lado estaba ansioso por el encuentro y por otro le divertía la idea  de que el caso del cazador fuera todo un misterio, sin darse cuenta Smith apretaba la empuñadura de su cuchillo con suficiente fuerza como para raspar sus manos con la superficie antiadherente del mango.
Se hacía de noche mientras se acercaba a la cabaña, no sabía qué le iba a decir a Mulder cuando lo viera ni si le caería bien a Scully. La familia de Smith tenía una larga tradición militar que se extendía a su tátara abuelo, el cual había luchado en la primera guerra mundial. Casi todos los hijos e hijas eran criados con la más rigurosa conducta militar, disciplina fue lo primero que le enseñaron. En su casa no se admitían lloriqueos ni pataleos, ni siquiera porque tenía solo 5 años, él siempre debía comportarse a la altura. Cuando su padre lo golpeaba en la cara, más le valía no dejar caer una lágrima o le iría peor. Tan pronto tuvo la edad suficiente se alisto en la armada.
Ya estaba totalmente oscuro cuando por fin diviso la cabaña.
-Tome varias precauciones, como preparar una ruta de escape al pueblo más cercano, con provisiones y armas- dijo Mulder-
-Sabes que yo te hubiese ayudado a preparar todo-contesto Scully-
Pareciera que ahora que Scully sabía la verdad, se había mandado una especie de señal para iniciar la caza. La pesada puerta de madera se abrió completamente y una figura alta y corpulenta hizo su aparición, era el típico militar de las películas. Todo fue tan repentino que Mulder un tuvo tiempo de tomar la escopeta que estaba sobre la chimenea. Sin embargo ambos pudieron salir rápidamente por la puerta trasera, con dirección a las provisiones escondida en algún punto de la ruta de escape, solo Mulder conocía donde estaban dichas provisiones.
Una pareja de experimentados agentes corrían por el bosque, en medio de la noche, atrás de ellos estaba una figura ennegrecida por las sombras y que solo había un punto brillante en la cabeza, que solo podía provenir de la luz emitida por un habano, el cual estaba siendo consumido apresuradamente. La figura que estaba caminando muy lentamente, acelero en el instante que la luz  del puro se extinguió.
Para ser una pareja de ancianos, Mulder y Scully eran muy atléticos y no se dejarían atrapar tan fácilmente. Ya en sus días habían encontrado peores peligros que un simple lunático.
-A este ritmo en 5 minutos llegaremos a las provisiones- Dijo Mulder-
-No sé si pueda aguantar 5 minutos más de carrera- responde Scully-
-Tienes que hacerlo por mi cariño, tenemos que escapar-
Mientras corrían Mulder empezó a sentirse mareado, por su mente solo pasaban las palabras, “de algo hay que morirse Scully”. Él siempre le contestaba eso, cuando ella preocupada le reclamaba, la cantidad de azúcar que le ponía al café o la cantidad de grasa que consumía con cada comida, al parecer ella siempre tuvo razón, esa dieta tan descuidad al final terminaría por matarlo.
No pudo aguantar más la carrera y agarrándose el corazón muy fuertemente, mientras sus rodilladas se doblaban sin ningún tipo de resistencia dirigiendo su cuerpo hacia el suelo. Mulder había caído y en un instante, como cuando el leopardo atrapa a la cansada gacela, la figura ennegrecida se aproximó a él y lo miro desde arriba con una sonrisa macabra.
Te dije que te atraparía, sin embargo pensé que darías mas batalla, supongo que es mi culpa por haber esperado tanto de un pobre abuelo, acerco su cara burlona al adolorido señor, mientras aullaba como un lobo para que Scully lo escuchara. El anciano alcanzo a gritar sálvate viejita, te amo, justo antes de que el cazador cobrara su presa, por medio de una llave de presión que termino rompiéndole el cuello.
Ella alcanzo a escuchar el grito de su querido, pero decidió no voltear para ver, ella sabía que no podría resistir la escena y que le haría perder todas las fuerzas. Enseguida tropezó con una rama caída y se precipitó al suelo, pero algo suave amortiguo la caída, ¡eran las provisiones! las había encontrado, bendito seas Mulder. Rápidamente busco la pistola que ya estaba cargada, mientras escuchaba los pesados pasos que se acercaban cada vez más rápido, logro obtener una muy clara visual de la cabeza así que le apunto y jalo el gatillo, justo antes de que se le abalanzara con una cuchillo de caza con la intensión de hundírselo en la carne salvajemente.
Cuando Smith llego a la cabaña, para su sorpresa, todas las puertas estaban abiertas y el lugar estaba abandonado, la maleza ya se había hecho paso por la estructura, la madera tenía un intenso olor a humedad y la estructura tenía una apariencia de que estaba a punto de venirse abajo, el piso se sentía suave al tacto de los pies mientras el agente avanzaba. Como dirigido por el destino se apresuró hacia la puerta trasera y siguió la ruta que le pareció más lógica, a unos pocos cientos de metros encontró una osamenta a la cual le habían crecido zetas del tamaño de un plato.
El corazón de Smith empezó a palpitar con mucha fuerza, no puede ser, esto no es posible. Empezó a correr más y más rápido a un par de cientos de metros más adelante al lado de un árbol encontró dos esqueletos, un arma y un cuchillo de cazador parcialmente cubiertos por la vegetación.
Lo que iba destinado a ser el encuentro con sus ídolos y la petición de ayuda para resolver el caso del cazador, se torció en algo mucho peor, el todavía no sabía con certeza a quien la pertenecían estos restos. Posteriormente los registros dentales se lo confirmaron, Mulder y Scully habían muerto y el tercer cadáver era el de un guardia forestal que había desaparecido hace varios meses.
Al final el caso del cazador quedara guardado para siempre en los archivos X con los demás casos no resueltos.
Luego de volver de su viaje Smith decidió abandonar el FBI y volver a la CIA que era el trabajo que más le gustaba, nunca le comento a nadie acerca de su admiración por los ex agentes, ya no había caso, ahora ellos viven en sus recuerdos.

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